domingo, 10 de febrero de 2013

REORIENTACIÓN PERSONAL Y ORGANIZACIONAL EDUCATIVA, SU INCIDENCIA EN EL NUEVO MILENIO.

LA ORIENTACIÓN, LOS PARADIGMAS TECNO-PRODUCTIVOS / TECNO-FORMATIVOS DE LA DÉCADA DE LOS ‘90 Y SU MANIFESTACIÓN EN EL SIGLO XXI
Por:
Dra. Mylene Florence Rivas Román
Orientadora
“‘Siempre que uno se encuentre con una empinada pendiente de cambio, ese es el momento cuando usted especialmente necesita un liderazgo sabio’. Bernadine Healy,... Como lo han señalado los líderes, las organizaciones que florecerán en el siglo XXI serán aquellas que crean en un clima que estimule nuevas ideas y posibilidades en respuestas al cambio”
McFarland, Lynne y otros (1996): Liderazgo en el Siglo XXI. Bogotá: McGraw Hill.
Sería un discurso interminable, no apto para efímeras par de hojas, el hablarles de lo que he experimentado a lo largo de mis años de estudio y reflexión, sobre la vida, mi desarrollo personal y mi carrera profesional “La Orientación”. Sin embargo, procederé a discernir, resumidamente, mis ideas sobre la Orientación y su visión tendencial del rol Asesor - Consultor para este nuevo milenio.
La maravillosa experiencia de vivir nos lleva a visiones insospechadas del mundo. El ser humano como parte de ese mundo en contacto con la realidad ha experimentado el dilema de los cambios paradigmáticos que rigen el destino del globo terráqueo. La savia viva en evolución que es la sociedad nos lleva a la noción de un sistema que necesariamente debe cambiar de forma dinámica en sus propias entrañas. Existen en la actualidad dos paradigmas contrapuestos el rentista-fordista y el microelectrónico. El paradigma rentista gobernó el escenario mundial desde principios de siglo hasta la década de los ‘80 aproximadamente y generó esta estructura burocrática que sirvió a sus fines hasta la abrupta aparición del nuevo paradigma bio-micro-electrónico, el cual rompió los esquemas de su predecesor que ya lucía agotado y fracturado. Este nuevo paradigma lleva al mundo hacia las actividades cooperativas de grupo, y centra sus esquemas en los procesos humanos, tales como: pensamiento, creatividad, personalidad, motivación, entre otros. Se torna hacia la reflexión de las nociones hombre-mundo. Todo forma una especie de Kaos humanístico y humanizante que es, a mi entender, un caldo de cultivo o mar de posibilidades que nos lleva a pensar al hombre en la perspectiva individuo-colectivo.
Las visiones de hombre y de mundo siempre estarán ligadas a la forma en que se transmiten y en la que el ser humano aprende a desarrollarse como persona. En el caso de Venezuela es de hacer notar la imposibilidad que hasta ahora ha tenido de adaptarse a los requerimientos de las nuevas olas paradigmáticas, quizás por falta de “algo” que active este proceso en los venezolanos. Es por ello que se han dado tumbos en lo que respecta a educación con la consecuente pérdida de valores de la que nos sentimos víctimas. Ya en los ‘90 nos vemos en la imperiosa necesidad de incorporarnos a esos cambios mundiales y también necesitamos un ente dinámico de claras visiones que nos lleve a esa toma de decisión y ese podría ser el Orientador en su noción de Conselor; como se veía a finales del siglo pasado, dentro del proceso denominado Counseling o, en su mirada más reciente, de COACH; como se ve en este siglo XXI, en el proceso de Coaching.
Vivimos en un mundo cambiante, de vertiginosos giros en forma de espiral (lo que llamo la efímera espiral de la vida); estos cambios complejos y crecientes en la nueva era de la competencia global, marca la pauta del desarrollo social y personal, no estamos aislados vivimos entrelazados por algo que en Occidente se asemeja a una estructura cuadrada o, en el mejor de los casos, a una pirámide; mientras que en el Oriente del Mundo (valga la paradoja verbigracia “Tigres Asiáticos”) parece una especie de círculo divido por segmentos entrecruzados o totalmente integrados. Podríamos, utilizando palabras de Carl Jung, llamarlos opuestos complementarios. Estos polos opuestos complementarios nos llevan a reflexionar, lo que debería ser una máxima en el individuo, sobre nuestra persona y la sociedad en que vivimos.
Muchos son los estudios comparativos que se han hecho en torno a las ideas japonesas o Koreanas, por ejemplo, y las occidentales, las que más atañe a los venezolanos es la norteamericana, para vislumbrar los posibles aciertos en nuestra adecuación a los prenombrados cambios. La mayoría de ellos, entre los cuales hemos escogido tres autores: Carlota Pérez, Carmen García Guadilla y Gabriel Parra; nos hablan de romper el viejo Paradigma Rentista-Fordista (de líneas jerárquicas de mando) y asumir uno nuevo, el de autonomía de redes y liderazgo holístico y competitivo (competencia esta devenida de Ser Competente y no de Competir). Esto traería como consecuencia: la desaparición del poder de posición y estimulación del potencial creativo del ser humano en tres renglones: poder de visión, valores compartidos para triunfar en una cultura sana y el imperativo calidad/servicio. Así todos seríamos líderes, más que gerentes, en un liderazgo compartido y donde lo más importante es sacar adelante a la escuela o la empresa, al país y a la sociedad... en líneas generales al mundo.
Esta complejidad de cambios, trae como consecuencia, una vasta gama de interrogantes individuales, entre las que podemos mencionar: ¿Quién soy?, ¿Hacia dónde voy?, ¿Qué quiero? ¿Cuál es la meta más importante en mi vida?, etc. La cuestión se complica aún más cuando las interrogantes pasan de individuales a sociales. Entonces... ¿qué hacer? En estos momentos es importante contar con alguien que nos apoye a lograr las respuestas, no que nos dé la respuesta hecha, sino, más bien, que nos asesore para autoencontrarlas, en otras palabras, necesitamos un orientador que sirva de puntal para incentivar cambios profundos en la manera como se concibe el ámbito personal, escolar y cultural con el fin de adecuarse a los cambios vertiginosos que se suscitan a nivel mundial. Él mismo debe motivar a todos los entes participantes en el proceso a autoconocerse/autocomprenderse y así poder visualizar desde la tendencia (desde la incertidumbre, del presente al infinito, rompiendo la noción de tiempo y espacio) las estrategias que sirvan para mejorar su ecología, basándose en el amor a sí mismo como estímulo para amar a los demás y viceversa.
Con la finalidad de promulgar esta innovación que hace falta para desarrollarnos, necesitamos un ambiente creativo donde se promueva la originalidad y la flexibilidad, no perdiendo la meta como norte y esto se logra promoviendo la autoestima; para lo cual es imperioso el autoconocimiento, la autocomprensión, la autoconversión; en otras palabras la reflexión profunda y no más procrastinación, para generar el desarrollo personal que active el logro del desarrollo social que necesitamos. Aquí comienza a tener importancia el hombre como capital humano. Es decir; la inversión material en el bienestar social del individuo se traduce en altos beneficios individuales y sociales. Este es el verdadero reto que el nuevo milenio nos exige. Aún estamos a tiempo si aceptamos el reto de cambiar por una Venezuela mejor, más justa y humana en el amor fraternal.
Debemos permitirnos y permitirles a los demás crecer en esta experiencia enriquecedora y esforzarnos en hacerlo cada vez mejor, sin falsas justificaciones y trampas. Debemos poseer una visión global del problema, sin falsos egoísmos y vanaglorias mediocres. Debemos conocernos más a nosotros mismos. El desarrollo propio ayuda al del otro. Debe ser el Orientador en su rol de Asesor-Consultor el llamado a esta tarea de toma de conciencia por su apertura al cambio y su capacidad de visualizar la tendencia. Entrego estas líneas como pequeño aporte para lograrlo.
Mylene Rivas
Twitter: @mylenefrr
Facebook: Mylene F Rivas-Román
Publicado en:
Rivas, Mylene (2000): Reorientación Personal y Organizacional Educativa, su incidencia en el Nuevo Milenio. En Memorias. Congreso Mundial de Orientación y Asesoramiento, Resúmenes. Valencia: Universidad de Carabobo-CDCH-CONICIT-IAVOP. Pp. 70-72.

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