domingo, 19 de febrero de 2012

Aprendizaje Acelerado: Estrategia para la potencialización del aprendizaje. PARTE I




Linda Kasuga y colaboradores
México: Grupo Editorial, 2000
“El futuro es el lugar en donde pasaremos el resto de nuestras vidas, vale la pena pensar en él”.
Joel Barker
Georgi Lozanov es el creador del método de aprendizaje acele­rado, el cual era llamado por él sugestopedia, y se basaba en la premisa de que la capacidad de aprender y recordar que posee el ser humano es prácticamente Ilimitada, ya que se aprovechan las reservas de la mente.
Lozanov afirmaba al inicio de sus estudios, que la superme­moria es una fa
cultad humana natural y que no solamente podía desarrollarla cualquier persona, sino que podía lograrse con facilidad.
La sugestopedia es una rama de la sugestología, la ciencia que estudia las habilidades supra normales de nuestro cerebro en el aprendizaje. La sugestología pretende poner en funcionamiento las facultades del cuerpo, las del hemisferio izquierdo y las del hemisferio derecho de forma conjunta, para que el individuo pueda hacer mucho mejor todo aquello que se proponga.
Esta metodología pretende ayudar a eliminar el miedo, la auto­censura, las valoraciones pobres sobre uno mismo y las sugestiones negativas respecto a la limitada capacidad que poseemos. Pretenden desatar los nudos con los que nos atamos y liberar la personalidad. El aprendizaje da la posibilidad de utilizar lo que ya tenemos dentro de nuestro cuerpo y nuestra mente, nos enseña a crecer y al crecer vivir plenamente ya que el crecimiento es vida. El superaprendizaje depende del coeficiente potencial del individuo, no de su coeficiente intelectual.
Lozanov afirma que tenemos ya supermemoria, el problema es que no po
demos recordar lo que almacenamos en la mente. El -cerebro, cree Lozanov, libre de toda distracción que dificulte su funcionamiento, es como una esponja capaz de absorber conoci­mientos e información de toda clase.
En muchas ocasiones, culturalmente se induce la “desugestión", que es un condicionamiento negativo, haciéndonos creer que sólo podemos aprender determinada cantidad de información con determinada rapidez, etc. Se nos bombardea desde que nacemos con sugerencias limitadoras. El primer paso indispensable en sugestopedia es superar mentalmente estas limitaciones, de este modo podemos aprender más de prisa y liberar nuestro potencial. A este tipo de inducción positiva se le llama “terapia de autoimagen" y la finalidad es lograr el cambio en la persona de pesimista a optimista.
Un apoyo importante en el proceso de aprendizaje es el estado de relajación adecuado y profundo que permite liberar tensiones. La utilización de técnicas de respiración, relajación (para aumentar la precisión auditiva y estimular la concentración), visualización y música adecuada permiten éste objetivo. Un buen método pedagógico debe inducir un medio ambiente propio, con atmósfera positiva y estimulante.
El maestro o instructor induce con lenguaje no verbal el incremento en el interés y la autoconfianza y favorece la creación de esta atmósfera positiva.
En un sistema pedagógico “sin tensiones, tú estrés “, los estudian­tes aprenden fácilmente con un índice de retención muy elevado, llegando a ser de hasta un 88 % después de 6 meses y 57% después de 22 meses.
El Dr. Wilder Penfield, del Instituto Neurológico de Montreal elaboré la hipótesis de que toda experiencia (vista, sonido, olor o sabor) se graba como un modelo concreto en el cerebro y que este modelo sigue allí mucho después de olvidar conscientemente la experiencia. El Dr. Lozanov está de acuerdo con Penfield en que conservamos en el cerebro todos los datos que los sentidos nos ahorran.
La doctora Jane Bancroft, de la Universidad de Toronto, intro­dujo la sugestopedia en los Estados Unidos a finales de los años setentas, lo que dio lugar a la fundación de la actualmente denomi­nada Alianza Internacional para el Aprendizaje, IAL. Esta corriente se diferencia de la sugestopedia de Lozanov por la utilización de técnicas de relajación mental y ayuda de visualización, la práctica de algunos ejercicios respiratorios y utilización de otras modernas técnicas de aprendizaje como los mapas mentales de Tony Buzan, las inteligencias múltiples de Howard Gardner, técnicas de memo­rización, etc.
Estas técnicas de aprendizaje acelerado, amplían la conciencia y permiten abrir en la mente nuevos circuitos secundarios que incre­mentan un sinnúmero de capacidades humanas.
Por otro lado, el superaprendizaje, introducido a Norteamérica por Sheila Ostrander y Lynn Schroeder a principios de los años ochentas Esta corriente se basa más cercanamente a los principios de Lozanov, utilizando también la relajación, la visualización y la respiración sincronizada, la que originalmente era considerada con un ritmo de 2 a 4 segundos de expresión de ideas, por 4 segundos de contención de la respiración y 4 segundos de respiración. Ostrander y sus colaboradoras consideran actualmente como el ritmo respiratorio ideal de 5-10-5.
Otra diferencia significativa es que el superaprendizaje es una técnica de autoayuda, en la que el profesor no necesita estar presente, y es utilizada en forma personal. Podemos decir que este método ignora la relación profesor-estudiante. Este método se puede con­siderar como un concierto pasivo practicado por el que lo usa en forma solitaria o individual.
Independientemente del método o variante utilizada, hay factores comunes que todos utilizan: Los ejercicios de relajación, la induc­ción de visualizaciones, la sugestión (Efecto Pigmalión), uso de música apropiada al tipo de aprendizaje, algunos ejercicios respiratorios para ayudar a la sincronía cerebral y disminución del estrés.
¿Cómo Facilitar El Aprendizaje?
El aprendizaje se ha convertido en un concepto muy diferente de cómo era antes. Estamos aprendiendo cada vez más sobre el proceso mismo del aprendizaje. Ha sido demostrado que la inteligencia ya no es la entidad fija e inalterable que siempre se creyó. Los diferentes métodos de enseñanza han demostrado la importancia que tiene el estado de relajación en el aprendizaje y cómo él permite una mayor fluidez en su proceso.
Nadie nos obliga a pensar por nuestra propia cuenta o a desarrollar nuestras propias ideas. En asuntos importantes resulta más seguro aceptar ideas ya elaboradas por los demás, porque eso nos ahorra el esfuerzo de pensar por nosotros mismos. Desafortunadamente, la educación no nos ayuda mucho al respecto. La mayor parte de la materia que estudiamos en el colegio dependía de su acumulación en la memoria; nadie nos enseñó acerca del modo de pensar. Tal vez se suponía que era tan simple como respirar o caminar. 0 - a la inversa - se consideraba algo tan complicado que había que dejarlo en manos de los filósofos, quienes se han entretenido durante siglos en este tema.
Tanto la investigación como la experiencia sugieren que el aprendizaje y la enseñanza no son procesos separados sino las dos caras de una misma moneda. Nunca asimilamos mejor un conocimiento que cuando - después de aprenderlo - tenemos que enseñárselo a otros. El esfuerzo de traspasar el conocimiento almacenado en nuestro cerebro a otras personas de modo que lo entiendan, nos obliga a clarificar nuestras ideas sobre el asunto. Además, las preguntas que los otros nos hagan sobre materias que les han parecido poco comprensibles, nos empuja a buscar respuestas a interrogantes que nosotros mismos nunca nos habíamos planteado.
Editado por: Dra. Mylene Rivas, 2012.

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