martes, 6 de noviembre de 2012

COSMOGONÍA y ORGANIZACIÓN: SU TRANSFIGURACIÓN

“Tu visión se aclarará sólo cuando mires dentro de tu corazón... 
Quien mira hacia afuera, sueña… Quien mira hacia adentro, despierta”
Carl Jung
“Cuando Yo cambio… El Mundo cambia”
Cecilia Levy

He tomado a algunos autores para fundamentar la visión de la Organización como parte del Cosmos que rodea a cada individuo que la integra, así tenemos que:

Para Ervin Laszlo (1997):
“El próximo gran cambio de paradigma científico será, pues de naturaleza del término, según el cual la cosmología es la ciencia de la totalidad de la realidad (recordemos que, en griego clásico, Kosmos significa ‘totalidad ordenada”.
Así como cambia el paradigma científico, también cambia el paradigma individual y social, aquel que torna la realidad en algo que puedo cambiar a través de mis decisiones.

Para Errol Harris citado por Ervin Laszlo (1997):
“Para este pensador, lo que podría lograr la nueva ‘cosmología de la totalidad’ que está emergiendo
es lo siguiente:


  • Proporcionar una descripción adecuada de la totalidad del universo como algo simple, indivisible y formado por partes relacionadas entre sí, que se pueden distinguir pero nunca separar completamente.
  • Desvelar el principio universal que organiza los sistemas. Dicho principio está presente de modo inmanente en todas las partes del universo, cada una de las cuales lo manifiesta y lo ejemplifica.
  • Poner de manifiesto la escala jerárquica de diferenciación que estratifica todas las partes del universo, según una progresión de niveles emergentes de complejidad creciente, en la que cada parte expresa el principio organizador con mayor plenitud y adecuación que las partes que la preceden en la escala.
  • Desplegar una red compleja de interdependencias cuyos elementos estén, todos ellos, ajustados unos con respecto a los otros, en estructura y función.”
Esta red compleja de interdependencias es lo que denominamos Cosmos o Mundo Real.

Para Carl Jung (1959):
“...El concepto de orden (en la creación) no es idéntico al de ‘sentido’. Tampoco un ente orgánico tiene, pese a su adecuación en sí mismo, pleno sentido, no es significante de modo necesario en la relación total... Sin la conciencia reflexiva del hombre el mundo es un absurdo gigantesco, pues el hombre es, según nuestra experiencia, el único que puede en todas partes comprobar el ‘sentido’... En este caos contingente existieron fenómenos sincronizados que, frente a las conocidas leyes de la naturaleza y con ayuda de las mismas, pudieron realizarse en factores- síntesis arquetípicas que nos parecen milagrosos. Causalidad y teleología quedan aquí negadas, pues los fenómenos sincronizados se comportan como contingentes... necesitamos la hipótesis de un sentido latente para explicar no sólo los fenómenos sincrónicos, sino también las síntesis superiores. El sentido parece fue en un principio inconsciente y por ello sólo puede descubrirse post hoc; por ello existe siempre el peligro de que el sentido se sitúe en donde no está. Necesitamos las experiencias sincronizadas para poder fundamentar la hipótesis de un sentido latente que depende de la conciencia”.
A estos planteamientos Jung los denominó Arquetipo de la Totalidad.

John Weir Perry (2011) establece el Arquetipo de la Totalidad descrito por Jung (1959) de la siguiente manera:
“De acuerdo con los propósitos de la PSYQUE, con el fin de romper la seguridad de  un consenso  sólido y  de convenciones, es necesario encontrar la experiencia del proceso de la muerte en la profundidad psíquica, y también al mismo tiempo, la disolución de lo familiar, cotidiana visión del mundo. A pesar de que toda esta demanda podría parecer, a primera vista, demasiado drástica, se trata en realidad de la muerte de la imagen de sí mismo conocida  y la destrucción de la imagen conocida del mundo para dar lugar a la regeneración propia de nuestra psique. Estas dos imágenes (mundo y sí mismo) se mueven juntas en el proceso, cada una de ellas posee un aspecto de la otra, y ambas asumen la forma de una Mandala”.
El Cosmos tiene forma de Mandala (una totalidad organizada, más que ordenada); porque el orden sólo depende del prisma paradigmático de quien observa.

Bohm (2002) plantea:
“Las manifestaciones de la vida provienen de un único manantial de causalidad que incluye cada átomo del universo. De las partículas subatómicas a las galaxias gigantes, todo es al mismo tiempo parte infinitesimal y totalidad del ‘todo’ Para decirlo en palabras simples: no existe. Esta concepción es el elemento base de las filosofías orientales, dónde en sustancia el mundo material es una ilusión, en donde por ejemplo los procesos de curación de las enfermedades dependen de cada uno de nosotros mismos, y las mismas curaciones milagrosas podrían ser en realidad debidas a un cambio del estado de conciencia que provoca cambios en el holograma corpóreo”. Este es un planteamiento establecido por Bohm quien: “Se convenció de que el motivo por el cual las partículas subatómicas quedan en contacto, independientemente de la distancia que las separa, reside en el hecho de que su separación es una ilusión: en un cierto nivel de realidad más profunda, tales partículas no son entidades individuales sino extensiones de un mismo ‘organismo’ fundamental”.
Nuestra realidad es el cosmos que queremos observar, consciente o inconscientemente. El Observador es quien decide.

Para Rafael Aluni Montes (1997):
“Los físicos en su estudio de la realidad han encontrado que pueden agrupar en cuatro fuerzas a la totalidad de la información contenida en el espacio. Ellas son:
la Fuerza Gravitacional; la Fuerza de Interacción Débil; la Fuerza de Interacción Fuerte y la Fuerza Electromagnética (Chopra, 1991).


En la Teoría Sintérgica a ellas se les conoce como Bandas Sintérgicas. Según Grinberg (1983) a cada banda le corresponde un nivel de Conciencia o Darse Cuenta. Para nuestro estudio, ésta es una de las consideraciones más importantes porque podemos deducir que dependiendo del nivel de conciencia que se tenga se podrán decodificar más o menos niveles de la realidad, que la física los explica a través de las cuatro fuerzas fundamentales y que la teoría sintérgica llama Niveles Neurosintérgicos. Estos son en verdad unos orbitales de la conciencia. Hay que recordar que una órbita es una trayectoria seguida por un elemento que gravita en torno a otro. La conciencia puede entonces estar en diferentes niveles de la realidad gravitando alrededor de lo que se conoce como el observador. En el nivel que uno se identifique ahí estará la conciencia...

Como síntesis, los orbitales de la conciencia son los diferentes niveles que la Conciencia es capaz de asumir acerca de la realidad. Esta realidad no es la Realidad en sí ya que como se mencionó antes ésta es sólo una representación de la misma. Sin embargo, algunos exploradores de la conciencia dicen que sí es posible llegar a acceder a conocer la Realidad tal cual es si nos colocamos en Conciencia de Unidad. Que es un estado en el cual desaparece la dicotomía externo-interno, objetivo-subjetivo, mundo-individuo. Y mencionan que la técnica maestra para llegar a ese estado es la Meditación (Beauchamp-Turner, Deborah y Levinson, 1992; Chopra, 1991; Natsoulas, 1994; Shapiro, 1994; VanSlyck, New Land y Stern, 1992; Young, 1994; Grinberg, 1987).”
Para una aproximación más sana de la realidad, sería ideal que el Observador tomara conciencia de lo aparente de la real y que es una realidad social e individual producto de las creencias que conforman su propio paradigma. Al cambiar las creencias la realidad también cambia. Es necesario, entonces, que nos transfiguremos en Observador Último y sólo el caos (crisis) nos permite darle sentido a ese todo que se reorganizaría para una vida más plena. “Si Yo Cambio… El Mundo Cambia”. Es necesario cambiar el observador que somos…



Albert Einstein establece:
“No pretendamos que las cosas cambien, si siempre hacemos lo mismo. La crisis es la mejor bendición que puede sucederle a personas y países, porque la crisis trae progresos. La creatividad nace de la angustia, como el día nace de la noche oscura. Es en la crisis que nace la inventiva, los descubrimientos y las grandes estrategias. Quien supera la crisis, se supera a sí mismo sin quedar 'superado'… Sin crisis no hay desafíos, sin desafíos la vida es una rutina, una lenta agonía. Sin crisis no hay méritos. Es en la crisis donde aflora lo mejor de cada uno, porque sin crisis todo viento es caricia. Hablar de crisis es promoverla, y callar en la crisis es exaltar el conformismo. En vez de esto, trabajemos duro. Acabemos de una vez con la única crisis amenazadora, que es la tragedia de no querer luchar por superarla."
clip_image018Aparentemente la totalidad de lo real cambia, se transforma; a través, de la crisis. El Cosmos transfigura su Totalidad con el Caos. Cuando el Caos cobra Sentido se convierte en Cosmos. Este nuevo cosmos es sinónimo de consciencia, es una manifestación que nos muestra que el Observador se ha Transfigurado en Observador Último para una sana vinculación a la realidad de la que forma parte.







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